jueves, 28 de febrero de 2013




Cine independiente, armonía entre lo físico y lo digital


  • El cine independiente y los efectos especiales de bajo presupuesto
  • Existe una línea muy fina entre la realidad y la ficción
  • Los efectos especiales se utilizan para conseguir escenas que no se pueden realizar por medios normales

George Méliès, el famoso “mago del cine”, descubre el primer efecto especial de la historia cinematográfica con el parado de la cámara en 1896. “La cámara que usaba al principio tendía a dañarse y se negaba a moverse. Un día estaba tomando fotos en la Plaza de la Ópera y descubrí un efecto inesperado. Me tomó un minuto conseguir que la cámara volviera a funcionar y durante ese minuto, la gente y los coches, se habían movido. El truco de la sustitución había sido descubierto”. Estas son las palabras que Méliès dejó escritas en su diario. Más tarde descubriría la exposición múltiple y los fundidos a negro. 

Desde este momento los efectos especiales en el cine comenzaron a proliferar y a avanzar rápidamente. Pero, ¿cómo se consiguen los efectos especiales en el cine independiente si éste parte de bajo presupuesto? El cine de clase B, surge fuera de las grandes productoras cinematográficas. Se considera un cine de autor, mucho más libre que cualquier otro, con una estética muy personal y que no trabaja bajo la presión que significa un proyecto comercial. Hoy en día, la increíble oferta de cámaras digitales ha permitido su vertiginoso desarrollo. Es por esto, que incluso con un bajo presupuesto una película pueda llegar a tener efectos especiales, y así lo cree Ignacio Miguel Montila, director y supervisor de efectos especiales de Alucine, “Cuando contamos con un presupuesto bajo, debemos concentrar el máximo de efectos en las mismas fechas, así abarataremos la producción, ya que los técnicos están en el rodaje continuamente y se pueden hacer varios efectos en un mismo día” y añade “Los años de experiencia nos han dado innumerables recursos para deshacer el mito de que la calidad va vinculada a grandes inversiones de dinero, se pueden hacer buenos efectos con presupuestos pequeños”.

Alucine, Efectos Especiales

A esto hay que añadirle la llegada de las cámaras fotográficas que permiten grabar videos en Full HD, obteniendo un resultado muy profesional. Cuando hablamos de efectos especiales, no referimos a las técnicas que se usan para mejorar los elementos de las películas. Éstos se pueden dividir en dos tipos: En primer lugar están los efectos ópticos o visuales, que consisten en la manipulación de las imágenes mediante lentes especiales. Víctor Montero dice que “es la trampa más antigua que se conoce para crear una ilusión, para conseguir que algo que no tienes pueda parecer real” e Ignacio Miguel añade, “George Méliès, utilizaba muchísimos trucos ópticos, para hacer aparecer y desaparecer personas y objetos. Algunas de estas técnicas se siguen utilizando hoy en día y se seguirán usando durante muchísimos años”. Por otro lado, nos encontramos con los efectos mecánicos (denominados también efectos prácticos o físicos), que se realizan durante el rodaje de la película (la escenografía, pirotecnia, lluvia artificial…). Según Víctor Montero, guionista de cine y televisión, para hacer un buen largometraje no son necesarios los efectos digitales en absoluto, ya que “para hacer una buena película lo principal  es tener una buena historia que contar, además, sin un guión sólido, ni el mejor de los directores podrá realizar un buen trabajo”. Miguel Montila, de Alucine, comparte esta opinión y añade “están muy bien cuando los compaginamos con los físicos, para reforzar visualmente determinadas situaciones”. Hoy en día, los efectos especiales crean escenarios que no puede fabricar la escenografía, añaden luces que no se consiguen con los focos y sustituyen a los actores capturando sus movimientos y transformando su apariencia. 

Explosiones controladas de Alucine

Las técnicas de manipulación del cine de clase B, dicen que se suele parecer a aquellas técnicas que se utilizaban en las décadas de los años 70 y 80. Aunque se relacione al cine indie con lo añejo o vintage, aunque en algunos casos aparente ser un filme más atrasado, actualmente se encuentra en una fase muy avanzada y como comenta Víctor Montero, “poco a poco también vamos viendo que gracias a las posibilidades de la era en la que vivimos, el cine indie actual puede incorporar efectos modernos cuando es necesario” Alucine, empresa formada por profesionales de reconocida trayectoria como Ignacio Miguel y Salvador Santana, se dedica a la realización de efectos especiales y construcciones escenográficas. Su último trabajo se titula SERIE B, se trata de un remake de las películas de las décadas 70-80. En ella hemos realizado todos los efectos tal y como se hacen ahora, ya que los efectos físicos han variado muy poco, podemos decir que para hacer una película independiente no tenemos por qué caer en lo cutre, y podemos utilizar los avances en efectos especiales, sin que encarezcan la producción”, cuenta Ignacio Miguel, director y supervisor de alucine.
El cine independiente se puede definir como “una liberación con respecto al mundo del consumo” según fuentes documentadas. Muchos piensan que es algo más que recaudación. Los bajos presupuestos a la hora de realizar las obras, obligan a los realizadores muchas veces,  a utilizar elementos de la realidad. Es por ello, que se dice que en el cine independiente prima más la historia que la imagen. Esto depende de la intención que el director tenga para su película. No obstante, resulta más sencillo, barato y cómodo para un cineasta independiente filmar un guión donde la prioridad son los personajes y sus conflictos internos.


“Lo que empezó como una novedad se convirtió en algo más cuando los cineastas descubrieron que podían usar el nuevo medio para narrar historias. El cineasta George Méliès fue uno de los primeros en reconocer que las películas tienen el poder de capturar los sueños.”
(La invención de Hugo, 2011)



Tú mismo puedes hacer cine

Cuando hablamos del cine indie, inmediatamente pensamos en los bajos presupuestos que conlleva la grabación de estas películas. Es por ello, que los cineastas aficionados y algunos profesionales, realizan sus propios efectos especiales “caseros”. Pero no sólo crean las técnicas de manipulación, también pueden llegar a crear desplazamientos de cámara caseros, o como se le llama “Dolly camera”. El instrumental del cineasta es caro, pero cualquier persona que tenga un poco de maña le puede quedar trabajo aceptable. Los efectos especiales son un aspecto importante dentro del cine actual, gracias a la tecnología digital es posible reproducir o crear cualquier tipo de efecto en post producción, sin embargo muchos todavía prefieren hacerlos en vivo como la vieja escuela. Los cineastas primerizos suelen utilizar programas informáticos al alcance de cualquiera para así poder obtener resultados muy favorables a muy bajo coste. Víctor Montero, explica que “no son programas que puedan utilizarse a nivel de usuario, se requiere una cierta experiencia y conocimientos para utilizarlos de forma correcta”. Pongamos un ejemplo de cómo se podría fabricar “dolly camera” con una silla de ruedas: 
Todo el mundo puede disponer de una silla con ruedas en casa. Es preferible ya que tiene más estabilidad que una bicicleta.  En cuanto a la velocidad, tiene el pro de poder ir a velocidades lentas sin problemas, lo difícil son las rápidas. Para poder dirigir la cámara será necesario colocar sobre la silla un trípode y éste conectado a la cámara. El fallo de este sistema es que haría falta dos personas para mover con agilidad ambas cosas: la silla y el trípode.
Es fácil y sencillo, a día de hoy y gracias al gran avance de las tecnologías, tú mismo puedes hacer cine. 











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